24.10.12

La estudiante en el sillón hipnótico (3)



                                             Una nueva experiencia de hipnosis!!!


 para mi sorpresa la tarde se dedicaría enteramente a practicar entre nosotros la relajación. Es el primer paso para el encadenamiento hipnótico etc..

Me encanta ser la primera en vivir cualquier experiencia que considere interesante y me sirva para desarrollar mi conciencia, así que ya os podéis imaginar quién levantó la mano cuando el profe pidió voluntari@ para la inducción a  la relajación. Tengo que ser sincera, mi corazón latía a todo tren!!!
es cierto que externamente me es fácil aparentar tranquilidad y control de la situación, aunque internamente, esté bullendo un volcán.

Así que una parte de mí no quería levantarse y dejar que otros compañer@s fueran caldeando el ambiente, pero, mi lado impulsivo, seguro y determinado me pedía a gritos que abriera la vedaaaaaaaaaaaa, es decir, que me lanzara al ruedo, piscina etc... 

Cuando me quise dar cuenta estaba sentada en la silla con la compañera a mi lado tumbada en el sillón de hipnosis. Quiero recalcar que su sentido de la vista es el más delicado, es casi invidente.

Durante la relajación que dura unos 25 minutos mas o menos pasé por varios momentos de nervios, tranquilidad y dispersión, por que a veces me perdía, y todo ello por que me gusta probar a mi aire primero y luego ir ajustando las técnicas que de forma muy clara y sencilla se nos ha facilitado.

La primera parte fluyó genial, para las que decidimos sentarnos en la silla del hipnoterapeuta.

Fuimos tres chicas valientes y por cierto, hubo compañeros del público que se relajaron y casi se durmieron en las prácticas, buena señal. El tono, cadencia y modulación de la voz es fundamental para relajar al paciente.
Cuando un@  está abierta a vivir nuevas oportunidades y retos, os aseguro que llegan y yo tenía muchísimas ganas desde siempre de vivir esta oportunidad.

Mi deseo no se hizo esperar. Javier pidió un@ voluntari@ para realizarle el proceso completo con terapia incluida. Levanté el brazo y la mano como si tuviera un muelle, quedaba claro que tenía unas ganas locas de sentarme en el sillón hipnótico y ver que pasaba o no pasaba.

Javier me miró y me dijo: venga siéntate, te voy hacer una terapia que nunca he hecho en la formación, y te la voy hacer a ti no sé por qué, las casualidades no existen así que cuando me dijo cual era la terapia, pensé que era un gran mensaje para mi, además de un regalazo.

Es cierto que una persona que quiere controlar y tiene miedo le cuesta más relajarse, en mi caso no puedo decir que estaba totalmente entregada, por que estaba espectante y un poco nerviosa.

El silencio sepulcral se hizo en la sala, la música de fondo sonaba y la voz monótona, suave y lineal de Javier penetraba en mis oídos, sentía como mi cuerpo y mi mente se relajaban poco a poco, por que, había momentos que mi mente quería controlar la situación aunque le duró un breve espacio de tiempo.

Llegaron las visualizaciones inducidas, utilizando distintos símbolos y sensaciones. Comprobé que mi facilidad para conectar con las visualizaciones estaba en estado óptimo. 

Visualizar es conectar con una experiencia o recuerdo de algo visto o vivido, así que todos sabemos hacerlo...

Mi estado era más y más profundo, más y más relajado, entonces, Javier hizo algunas comprobaciones para confirmar mi estado hipnótico y sumergirme en la terapia. Mi mano izquierda se elevaba como una pluma, sosteniéndose en el aire sin ningún problema. En todo momento yo era consciente de todo lo que sucedía, en ningún momento perdí la consciencia.

Llego el momento de la terapia...............


Javier iba profundizando y descendiendo como si fuéramos montados en un ascensor, aunque yo me imaginaba descendiendo en el mar como una submarinista a pulmón, que ve los carteles de mayor profundidad aumentando a la vez que sientes que te sumerges en la zona abisal donde la oscuridad y la claridad de tu inconsciente te está esperando con los brazos abiertos...

El estado ideal hipnótico es el estado intermedio entre despierto y dormido. En este estado mi inconsciente está a un 80% y mi consciente a un 20% mas o menos. 

Me encontraba justamente en ese punto de equilibrio, disfrutando de la programación que Javier inyectaba a través  de sus palabras en mi inconsciente.



La terapia me llevó de viaje a las estrellas literalmente, al universo, ese fue mi regalo...








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